Nos resulta más fácil priorizar la apariencia física a nuestro bienestar aunque éste se esté viendo afectado o estemos sufriendo dolor.
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Cuando oímos hablar de antienvejecimiento lo último que nos viene a la cabeza son nuevos tratamientos para la fascia. Pensamos en la piel y carcasa externa, y ésta, es un resultado de cómo de bien o mal está nuestra segunda piel. Vivimos con más presión emocional y mental de la que podemos tolerar y nuestra fascia siente las tensiones y las dificultades de la vida.
 
En Sansa queremos divulgar la importancia de tener un tejido fascial joven y de calidad. La medicina moderna permite retrasar la vejez. Nuestra fisioterapia se asocia con la sabiduría y la veneración de la evidencia científica y nos permite controlar la apariencia controlando así tu destino.
El rejuvenecimiento comienza en cada una de las células que trabajamos devolviéndolas a su estado natural de funcionamiento y vitalidad.
Con el tiempo, se puede restaurar la salud de la fascia, favoreciendo el crecimiento de fibras de colágeno y elastina modificando su biomecánica.
 
Si no te gusta tu forma actual y necesitas una forma nueva, te ayudamos a transformarte somáticamente.
Con nuestro método corporizamos ahora esa nueva forma en todos tus espacios de cambio.